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lunes, 17 de octubre de 2011

Pálpitos a ritmo de contribución

Por Leslie Anlly Estrada Guilarte
Economía. Resuena en cualquier ámbito por estos tiempos. Se ha convertido en un término de la cotidianidad, del hogar, el trabajo, la calle...
Resulta prioridad para los cubanos lograr estabilidad y prosperidad en ese sector para avanzar. Encontrar caminos fértiles resulta esencia, y para eso, el trabajo constante, esforzado, debe primar, y no la palabrería, los compromisos vanos, las falsas expectativas.
Es vital que cada quien, en su sitio, contribuya, sume y no reste, apoye, se una. Porque quedarse de brazos cruzados no será la manera adecuada de salir adelante.
Las acciones para estar a tono con el llamado de estos momentos necesitan ser rápidas, certeras, con cordura y pensamiento incluidos. Las decisiones apresuradas pueden traer malas consecuencias; entonces, se necesita de equilibrio en cada oportunidad.
Todas las manos deben involucrarse en la recuperación económica. No es que unos hablen, y den órdenes, mientras los otros sudan la camisa. Aunque cada cual tiene responsabilidades asignadas, cumplirlas adecuadamente, y ser solidarios con quienes te rodean traerá resultados positivos.
Rescatar ese valor, un poco ausente en algunos sitios, ayudará, sin dudas. En la identidad del cubano está apoyar, interesarse por los demás, y la dureza de las circunstancias no pueden acabar con esa particularidad de este pueblo rebelde, mientras sea para bien.
Los caminos utilizados para desarrollarnos, aunque sean diversos y distintos en correspondencia con los asuntos de cada entidad, tienen que conducir a favorables dividendos, sin pérdidas. Los directivos deben pensar en sus trabajadores, saber de sus mayores problemas, inquietudes, así, el centro laboral será más propio, lo sentirán como casa.
El sentido de pertenencia con el trabajo es fundamental. Considerar lo realizado como suyo, llevará a tener más cuidado y a ejecutar las labores con mayor voluntad.
Palpitar a ritmos de contribución hará que este país, con una historia única y valiosa, que ha sabido defenderse de sus enemigos como nadie, continúe resistiendo avatares, perfeccionando su sistema, encontrando el horizonte.
El ahorro es esencial para lograr los objetivos. El llamado a racionalizar los recursos no es mero capricho, sino tarea obligada para utilizar en nuestros centros de trabajo solo lo necesario. Se trata de evitar el derroche, el mal uso de materiales, y otras prácticas imperdonables en los días que corren.
La calidad, pese a la escasez, no puede disminuir. Todo está relacionado con el empeño y el interés que se ponga en las actividades.
La economía necesita de nuevas mentalidades, y ante esa realidad, la inclusión de todos los que integran el sector obrero en el país es ineludible. De esa manera, los cambios para bien no se harán esperar y este caimán continuará respirando aires de libertad.

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