Entre despedidas, retos, sueños...

Por Leslie Anlly Estrada Guilarte
Treinta días que para muchos marcan un comienzo. Otros solo continúan por una senda conocida, pero con nuevos obstáculos.
Septiembre siempre marca pautas, llama a lo desconocido, abre horizontes, perspectivas, sueños...
Es una etapa donde los sacrificios reaparecen, sobre todo en el orden educacional, máxime cuando se quiere tener un curso escolar satisfactorio, en cualquiera de las etapas en que se encuentren estudiantes y profesores.
Después de intensas o tranquilas vacaciones se vuelve, no solo en ese sector, al trabajo cotidiano, al ir y venir de uniformes, que en julio y agosto se detienen para dar paso a diversiones, o tranquilidad, según se prefiera.
El fin de agosto puede significar despedidas, no solo de personas, también de lugares, objetos. Los recuerdos, quedan, y las ansias de que los buenos momentos se repitan.
Para quienes se alejan, los inicios del noveno mes del año resultan dolorosos y apelar al tiempo para disminuir distancias es la opción que muchos encuentran.
Estos días pueden despertar varios sentimientos, en dependencia de la experiencia de cada quien. Encontrar la manera adecuada para enfrentarlos es la fórmula de los optimistas, de los que siempre esperan cosas positivas.
El inicio del curso escolar, o la terminación de las vacaciones para muchos trabajadores, es sin duda, el acontecimiento que identifica con mayor fuerza este periodo.
Entrar a un nuevo o ya conocido centro escolar, hacer nuevas amistades, reencontrarse con compañeros de estudio, imponerse metas para la próxima etapa serán acciones para cada estudiante cubano.
Los profesores también asumirán retos. Preparar buenas clases, motivar a cada alumno, educarlo en el amplio sentido de la palabra y ser ejemplo no solo dentro de un aula, sino en cualquier sitio, devienen propósitos necesarios. La calidad del curso escolar, depende en gran medida, de la preparación de quienes están frente a las aulas.
La familia, como siempre, se encontrará de nuevo en una vorágine que recesa por solo dos meses. Exigir que el niño o niña, adolescente, rinda lo suficiente en sus obligaciones, encaminar, enseñar, serán funciones del núcleo más importante de la sociedad.
De ahí que el apoyo de los padres abuelos, tíos, y demás integrantes, se torne imprescindible en la formación integral de ese ser humano.
Septiembre, se nos presenta como siempre, cada 11 meses. Llega silencioso para unos, no tanto para otros. Lo importante es aceptar los desafíos que trae con él, enfrentarlos y vencerlos para que en los próximos tiempos de vacaciones recobremos las fuerzas y lo esperemos satisfechos, una vez más.