Una mujer sin límites
Dicen que es una mujer
exigente, y no lo dudo. Está al mando del Combinado gráfico Orlando Lara, y los
buenos resultados de allí no se logran sin severidad, compartida con amor por
el trabajo y comprometimiento.
Cuando conversé con Yanet
Esquenazi San Juan no estaba en su habitual puesto de labor, adonde llega bien
temprano en la mañana, hasta pasadas las cinco de la tarde.
Esta vez, estaba en la Empresa de Dione Artesanía
e Industrias, a la que pertenece su unidad, y contó que ella, como miles de cubanas, cumplen con
sus quehaceres en todos los ámbitos sociales, sin descuidos.
“Es bastante el trabajo,
tengo que cuidar que no falten las materias primas, se cumplan los planes, no
hayan interrupciones, principalmente en el taller de discapacitados.
“Las producciones de los
puntos de ventas tienen que garantizarse para que lleguen a la población con
calidad”, dijo Yanet, quien dirige a 22 personas, divididas en cuatro unidades.
Allí elaboran escobas de
yarey, alfombras de recortería textil, sábanas, agarraderas, blogs de notas,
sobres para medicamentos, modelos para las empresas, entre otros materiales y a
decir de Yanet, los resultados económicos siempre se han mantenido.
“En el 2013 sobrecumplimos
la producción mercantil con más de dos millones de pesos, tuvimos un buen año y
para este 2014 aspiramos a similares resultados”, dijo, y agregó, que allí velan
celosamente por la calidad; la población se lo merece y “compra mucho nuestros
productos pues los precios son asequibles”.
Esta mujer, con 15 años al
frente de ese combinado, enfatizó en el esfuerzo que realizan por no tener
interrupciones laborales, situación que afecta salarialmente a los obreros.
Yanet confesó que ama lo que
hace, es Licenciada en Derecho aunque nunca ha ejercido esta profesión y sobre
su familia comentó con orgullo visible: “tengo dos hijas, un nieto y otro en
camino”.
“Es difícil llevar las dos
cosas, pero hay que hacerlo”, y ahí la fortaleza de la mujer cubana se sintió a
raudales.
Al preguntar sobre las demás
mujeres que, junto a ella, pasan la mayor parte del día responde: “Son
abnegadas; en el caso de las personas con discapacidad, las labores son fuertes,
pero lo único que ellas piden es trabajo”.
Es curioso que los hombres y
mujeres que comparten con Yanet buena parte del día sean mayores que ella en
edad, aunque el respeto y colaboración priman, para que esta mujer, gracias
también al apoyo familiar, brille.
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